Antecedentes
Diálogo intercultural
El intercambio equitativo, así como el diálogo entre las
civilizaciones, culturas y pueblos, basados en la mutua comprensión y
respeto y en la igual dignidad de las culturas, son la condición sine
qua non para la construcción de la cohesión social, de la reconciliación
entre los pueblos y de la paz entre las naciones.
Esta acción se inscribe en el marco global establecido por la ONU de una Alianza de civilizaciones . Concretamente, se trata de privilegiar, en el marco de ese diálogo intercultural, que incluye el diálogo interreligioso,
todo un conjunto de prácticas adecuadas que favorecen el pluralismo
cultural a los niveles local, nacional y regional, además de iniciativas
regionales o subregionales destinadas a desalentar todas las
manifestaciones de extremismo y de fanatismo y a resaltar los valores y
principios que conducen al acercamiento.
Diálogo interreligioso
El objetivo principal de este programa, que representa un
aspecto esencial del diálogo intercultural, es fomentar el diálogo entre
las diferentes religiones y tradiciones espirituales en un mundo en el
que los conflictos intra e interreligiosos se intensifican, debido a la
ignorancia o el desconocimiento de las tradiciones espirituales y de la
cultura propia del otro.
El objetivo inicial de la UNESCO fue congregar a las diferentes
religiones y tradiciones espirituales con miras al reconocimiento de la
proximidad de sus valores espirituales y de su compromiso con el diálogo
interreligioso por medio de Declaraciones formales, aprobadas en
encuentros organizados por la UNESCO. En efecto, la Organización se ha
esforzado siempre por reunir tanto a personalidades religiosas eminentes
pertenecientes a las religiones monoteístas y a las tradiciones
espirituales del mundo como a intelectuales laicos reconocidos por sus
reflexiones e investigaciones sobre el hecho religioso (historiadores,
especialistas en historia de las religiones, antropólogos, sociólogos,
filósofos, etc.), mediante reuniones temáticas e investigaciones
interdisciplinarias que tienen por objetivo principal la enseñanza de
este diálogo, con el apoyo de la red de Cátedras UNESCO.
Cultura y desarrollo
Situar la cultura en el núcleo del desarrollo constituye una
inversión esencial en el porvenir del mundo y la condición del éxito de
una globalización bien entendida que tome en consideración los
principios de la diversidad cultural.
El desarrollo como tal es inseparable de la cultura.
El reto consiste en convencer a los políticos responsables de las
decisiones y a los actores sociales locales de que integren los
principios de la diversidad cultural y los valores del pluralismo
cultural en el conjunto de las políticas, mecanismos y prácticas
públicas, especialmente gracias a la colaboración del sector
público/sector privado.
El objetivo es, por un lado, de incorporar la cultura en todas las
políticas de desarrollo, ya conciernan a la educación, las ciencias, la
comunicación, la salud, el medio ambiente o el turismo, y por otro lado, de sostener el desarrollo del sector cultural mediante industrias creativas: así, a la vez que contribuye a la reducción de la pobreza, la cultura constituye un instrumento de cohesión social.
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